WASHINGTON — Más de 4.3 millones de los 5.2 millones de refugiados y migrantes venezolanos que huyeron de la situación política y económica de Venezuela partieron a países de América Latina y el Caribe. Si bien dichos movimientos se han visto en la mayoría de los países de la región, las condiciones de los refugiados y migrantes venezolanos distan de tener un carácter monolítico. En un nuevo estudio que realizan el Instituto de Políticas Migratorias (MPI) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), a través de la oficina del Enviado Especial del Director General para la Respuesta Regional a la Situación de Venezuela, basado en los datos de la Matriz de Monitoreo de Desplazamiento (DTM), se revela cuáles son los diferentes perfiles socioeconómicos, condiciones de vida e intenciones futuras que van desde un eventual retorno, el tránsito hacia otros países o el asentamiento definitivo en el país de acogida.
Aprovechando los datos de la DTM que se basan en estadísticas gubernamentales, pero que se recogen y se analizan por la Plataforma de Coordinación Regional (R4V), que es codirigida por la OIM y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la hoja informativa MPI-IOM ofrece un perfil de los refugiados y migrantes venezolanos presentes durante el 2019 en 11 países de América Latina y el Caribe. Allí, se examina de cerca sus datos demográficos, los niveles educativos, las condiciones de empleo antes y después de la migración, envío de remesas, condiciones de salud, patrones migratorios, entre otras características.
En este sentido, se logran identificar tres tipos de países que configuran distintos perfiles de la población proveniente de Venezuela. Aquellos países fronterizos con Venezuela (Brasil, Colombia, Guyana y Trinidad y Tobago), donde los venezolanos que se entrevistaron tienden a tener un nivel de educación más bajo, ser jóvenes y solteros y señalan, además, tener mayores barreras de acceso a los servicios de salud. A su vez, la mayoría de estos venezolanos expresó su intención de querer permanecer y elegir dicho país como su destino final.
Por su parte, aquellos que viajaron a países cercanos, pero no limítrofes—Ecuador y Perú—también tienden a ser jóvenes, pero con mayores niveles educativos, donde más de un tercio de la población señaló tener un título técnico o superior.
Finalmente, un último grupo de migrantes que se trasladaron a destinos más alejados (Argentina, Chile, Costa Rica, Paraguay y Uruguay), configuran un perfil caracterizado por contar con altos niveles educativos, donde más de la mitad de los encuestados, señalaron tener posgrado o título de maestría.
Además, los encuestados en los 11 países informaron tener una variedad de estatus migratorios, que se configuran a partir de los diferentes tipos de migración (tránsito, destino, movimientos pendulares o de retorno) así como la respuesta que han adoptado los gobiernos, a través del diseño de las distintas políticas públicas, para abordar la compleja situación de uno de los flujos masivos más extensos de personas en situación de movilidad humana en el mundo.
Se destacan, por ejemplo, las decisiones que adoptaron países como Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay al haber otorgado la residencia permanente a la población venezolana, mientras que países como Ecuador, parecen tener la mayor proporción de migrantes irregulares de los países de la muestra.
Dado que los países receptores se enfrentan ahora al desafío de abordar las necesidades de los venezolanos y las comunidades de acogida, al tiempo que manejan la crisis de salud pública ocasionada por el COVID-19, es necesario que dispongan de datos oportunos sobre las características y vulnerabilidades de esta población. La DTM recopila datos intersectoriales para ayudar a colmar el vacío para aquellos encargados de la formulación de políticas públicas, las agencias del sistema de las Naciones Unidas y otros actores interesados.
Como bien señaló Andrew Selee, presidente del MPI: “Es vital contar con datos que guían las decisiones de los gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y cooperación internacional para que esta crisis migratoria, que se ha agudizado con la llegada de la pandemia de COVID-19, se convierta en una oportunidad para el aprovechamiento del capital humano de los migrantes en beneficio del futuro de la región.”
Entre los hallazgos más destacados de este análisis se encuentra:
Lo invitamos a leer la hoja informativa, Un perfil regional de los migrantes y refugiados venezolanos en América Latina y el Caribe, aquí: www.migrationpolicy.org/research/perfil-regional-migrantes-refugiados-venezolanos-america-latina-el-caribe.
También está disponible su versión en inglés a través de este link: www.migrationpolicy.org/research/venezuelans-latin-america-caribbean-regional-profile.
Para más información, lo invitamos a visitar el Portal de Migración de América Latina y el Caribe del MPI, el primer recurso en línea que integra datos, investigación y análisis sobre políticas regionales de inmigración y tendencias migratorias de la región. El portal, que se ofrece en inglés y español, cuenta con una selección de informes de organizaciones internacionales, gobiernos, investigadores, la sociedad civil, entre otros. Así mismo, contiene estadísticas actualizadas del fenómeno de la migración en la región, leyes y reglamentos relativos a la política migratoria y comentarios de opinión de expertos en la materia.
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El Migration Policy Institute es un centro de investigación independiente, no partidista y sin fines de lucro con sede en Washington, DC y dedicado al análisis de los movimientos de personas en todo el mundo. MPI proporciona análisis, desarrollo y evaluación de políticas de migración y refugiados a nivel local, nacional e internacional.