Invertir en el vecindario: Cambios en los patrones de migración entre México y Estados Unidos y oportunidades para una cooperación sostenible

Las tensiones actuales entre México y Estados Unidos sobre migración—incluyendo una retórica política divisiva y acciones unilaterales de los Estado Unidos que afectan a las comunidades fronterizas—ocultan una importante realidad: los desafíos migratorios que enfrentan ambos países son cada vez más similares. Ambos enfrentan flujos mixtos humanitarios y de otros migrantes de Centroamérica en gran escala, incluyendo a muchas familias y niños no acompañados, y ambos tienen sistemas de refugio y asilo que luchan por mantenerse al día con los números crecientes de solicitudes de protección que reciben. También los dos países son el hogar de una gran cantidad de ciudadanos del otro país y lidian con preguntas de políticas públicas similares cuando se trata de integrar a estos y otros inmigrantes en las comunidades locales, las escuelas y las economías.

Para establecer un entendimiento del cambiante panorama migratorio y desarrollar una visión para cooperación en el futuro, el Migration Policy Institute y El Colegio de México crearon el grupo de estudio de la migración México-Estados Unidos a finales de 2018 e inicios de 2019. Los miembros del grupo incluyen destacados expertos del gobierno, la academia, la sociedad civil y el sector privado.

Informado por las discusiones del grupo de estudio, este reporte comienza con un panorama de la forma en que los patrones migratorios han cambiado—con la población de inmigrantes mexicanos en Estados Unidos disminuyendo desde 2014, más mexicanos y sus hijos nacidos en Estados Unidos emigrando de Estados Unidos a México y números crecientes de centroamericanos trasladándose a ambos países para solicitar protección. Luego, el reporte explora una serie de ideas de política pública que podrían ayudar a tomadores de decisiones mexicanos y estadounidenses a cambiar su enfoque sobre cuestiones clave, incluyendo: estrategias para reformar los sistemas de refugio y asilo para agilizar la resolución oportuna y justa de solicitudes de protección; y mejorar la gestión coordinada de las fronteras para facilitar el flujo de bienes y personas y simultáneamente prevenir el tráfico de migrantes, drogas y otras actividades ilícitas.

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